Estar conectados a la Internet todo el día no parece ser una tarea complicada en estos tiempos. Las computadoras personales, tabletas y dispositivos móviles nos brindan la posibilidad de estar al día de los últimos sucesos, colaborar con colegas y compañeros o simplemente compartir nuestras actividades con amigos.

No sólo ha sido el importante avance de las telecomunicaciones ni la continua evolución y “democratización” de los equipos informáticos lo que ha sostenido el avance de nuestra actividad e interacción en línea. El crédito de esta revolución digital se lo debemos a las múltiples plataformas que encontramos en la nube, es decir, lo que hacemos una vez estamos dentro de la Web.

En los últimos años estas plataformas han experimentado un virtuoso proceso de multiplicación que se ve reflejado también en el tiempo que invertimos conectados. Hoy día encontramos mucho más que la sencilla acción de enviar un correo electrónico, leer noticias o navegar en un portal académico. Un ejemplo de esto son las redes sociales. Esas que en principio nos brindaban la sencilla posibilidad de conectar con nuestros amigos, hoy son capaces de permitirnos vivir y compartir experiencias de maneras enriquecedoras, atractivas y usando múltiples elementos de comunicación.

Las Redes Sociales han ocupado un lugar céntrico en este proceso. Desde la aparición de Facebook, Twitter, YouTube y otras, estamos atentos a un nuevo aspecto de nuestras vidas, nuestra identidad digital. Nuestras redes sociales van más allá de una conexión con nuestros amigos o familiares y pueden ser utilizadas ahora para proyectar nuestra historia a través de textos, vídeos e imágenes.

Aprender a usar las redes sociales para lograr contar nuestra historia efectivamente es un arte que cuando es bien utilizado hablará más que nuestras propias palabras. Tres recomendaciones que nos pueden ayudar a contar nuestra historia en las redes sociales son las siguientes:

Guardar coherencia en nuestra identidad digital

Mantener un nombre de usuario único y usar una foto de perfil que nos represente y que se mantenga en todos los perfiles que usamos, son dos maneras sencillas de guardar un mismo hilo conductor que le permitirá a nuestra audiencia saber quiénes somos.

Ser prudentes y cuidadosos al publicar información

Al hacer clic en el botón “Enviar” estamos cediendo nuestro contenido a la red social. Observa cuidadosamente cómo lo que estás enviando te hará ver, ¿qué está realmente diciendo lo que estás a punto de publicar? Si dudas al hacerte esta pregunta, es mejor guardarlo para ti.

Ser transparentes

Un beneficio intangible de las redes es que nos ayudan a mantener la transparencia de nuestras acciones y de los que están a nuestro alrededor. Al participar de las redes sociales una buena práctica es mantenernos reales y sinceros con nuestra intención.

Aunque las redes sociales y las tecnologías de la información cambian de una manera disruptiva, estar al tanto de las mejores prácticas en las redes sociales e invertir tiempo en aplicarlas a nuestros perfiles nos permitirá sacar el mejor provecho del tiempo que invertimos en ellas. Después de todo, al participar de esta interesante web social, no estamos haciendo más que escalar nuestras relaciones interpersonales a la Web.

Ilustración del artículo por Willy Porras.